Los Puertos de Lisboa (Portugal), Barcelona (España) y La Spezia (Italia) están creando polos de innovación para acelerar el desarrollo marítimo sostenible. El Puerto de Lisboa lanzó su Programa de Aceleración de la Innovación para la Economía Azul, centrado en el desarrollo de tecnologías importantes en los campos de la digitalización, la descarbonización, la intermodalidad y la economía circular. El Puerto de Barcelona crea la Fundación BCN Port Innovation para financiar proyectos que contribuyen a transformar el puerto en un hub logístico smart y sostenible. Por último, la Autoridad del Sistema Portuario del Mar de Liguria Oriental colabora con el programa FAROS inaugurando un Hub Acelerador de la Economía Azul en La Spezia, centrado en la aceleración de procesos relevantes para las vocaciones del territorio.

El Puerto de Melbourne (Australia) se ha marcado el objetivo de lograr cero emisiones netas en sus operaciones portuarias de Alcances 1 y 2 para 2030. Para lograr esta transición, el puerto declara que cubrirá el 100% de sus necesidades de electricidad con energías renovables. Todos sus vehículos y buques hidrográficos se convertirán a electricidad o combustibles alternativos. Al mismo tiempo, el puerto proseguirá sus esfuerzos de monitoreo para medir su impacto climático e informar sus planes de descarbonización. Estos planes incluyen la creación de un centro de abastecimiento de metanol verde en colaboración con diversas partes interesadas. Melbourne está impulsando una nueva visión portuaria, lo que refuerza aún más la importancia del debate que la AIVP organizará durante su Conferencia de Venecia en noviembre 2023 sobre cómo desarrollar visiones compartidas entre los puertos y los ciudadanos. 

El 6 de junio, el presidente Biden anunció una financiación federal de 2.600 millones de dólares para la resiliencia climática de las costas. Los fondos se destinarán a financiar proyectos locales de protección contra los efectos del cambio climático y a reforzar la resistencia de la red eléctrica. Estas inversiones se realizan en el marco de las leyes sobre Clima, Energía e Infraestructuras, y son una respuesta a las propuestas de los congresistas de establecer estándares de intensidad de carbono para los combustibles utilizados por la industria marítima, y aplicar un impuesto de contaminación que penalice a los buques más grandes que descargan mercancías en los puertos estadounidenses.

Los puertos de Bilbao (España) y Ámsterdam (Países Bajos), junto con sus socios, colaborarán para desarrollar una cadena de suministro de hidrógeno renovable y combustibles sintéticos. Esta colaboración fomentará el intercambio de experiencia entre España y los Países Bajos, contribuyendo al objetivo común de reducir las emisiones contaminantes. Esta iniciativa encaja con la estrategia vasca de hidrógeno, que está dirigida tanto al uso local como a los mercados internacionales. El Puerto de Bilbao aprovechará su experiencia en el campo de la producción de hidrógeno renovable para exportarlo a los Países Bajos y el interior europeo a través del Puerto de Ámsterdam.