Desafío(s)

Recomendación(es)

Valorizar y poner en escena las instalaciones y los espacios

Las luces, los colores y los materiales son otros tantos elementos en los que es posible basarse para la composición arquitectónica de los edificios y de los espacios públicos existentes o nuevos, con el objeto de rescatar a las ciudades portuarias de una imagen industrial muchas veces negativa. Permitirán realzar el valor de los proyectos, otorgarles nuevas dimensiones y proponer nuevas lecturas de los espacios.

Buena práctica

La zona de la cuenca F parecía estar bastante abandonada con sus edificios decaídos y sus 25 buques abandonados oxidándose al aire libre. En 2017, las autoridades del puerto decidieron transformar el sitio en un lugar de paseo con la colaboración de las autoridades municipalidades, pero conservando su función de puerto arenero. Efectivamente, el sitio cuenta con 10 silos areneros que cumplen un rol de centro de distribución de 50% de la arena utilizada en la construcción de la ciudad. Su transporte por vía fluvial permite disminuir el impacto medioambiental: cada embarcación que transporta arena permite retirar 70 camiones de las calles de la ciudad.
Además de la retirada de los buques abandonados y de la realización de obras viales, con la creación, en particular, de recorridos peatonales, el Puerto recurrió a artistas urbanos para convertir los silos en murales y hacer del sitio un lugar de paseo atractivo. Para realizar estos grandes murales, los artistas tuvieron la posibilidad de elegir entre tres temas: la fauna y la flora, los colores de las regiones argentinas (Patagonia, Pampa, Norte, Mesopotamia), y el patrimonio de la dársena F con sus barcos hundidos y sus antiguos hidroaviones que de allí partían hasta comienzos de los años 60.
Los murales realizados por ocho artistas se encuentran hoy ya concluidos, y es posible pasearse en medio a la flora argentina, llamas, colibrís, cóndores o aras, y jaguares. Aún falta instalar los espacios verdes e implementar la iluminación. Los costes relativos a la pintura fueron pagados por los dueños de los silos, y los de las veredas y senderos, por el Puerto.

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