Desafío(s)
¿Cómo pueden las autoridades portuarias remodelar estructuras históricas de manera sostenible?
Buena práctica
Utilizar el potencial de la presencia del agua para las necesidades energéticas
El agua, elemento ubicuo en regiones portuarias, representa tanto una característica del paisaje como un recurso de eficiencia energética, que adquiere cada vez mayor relevancia frente al cambio climático. En un despliegue notable de innovación, se puede aprovechar en los sistemas de calefacción y enfriamiento de los edificios, lo que mejora en gran medida su sostenibilidad y contribuye a la neutralidad de carbono. El Museo Marítimo de Estonia utilizó dicha innovación en sus enormes hangares para hidroaviones de principios del siglo 20, que se transformaron en galería de exposiciones. La clave para esta transformación consistió en el sistema de calefacción mediante agua de mar propuesto por la Universidad Técnica de Tallin. Este sistema garantizó poder climatizar la enorme sala de exposiciones de 6,300 m2 de manera más sostenible que nunca.
Estudio de caso
El Museo Marítimo de Estonia, referente en materia de conocimientos y respeto por el mar, fue fundado en 1935 en Tallin por excapitanes y marineros. Su rica historia de reubicación culminó en 1981, cuando su exposición principal encontró un hogar en la Torre de Margarita la Gorda, de 500 años, en la Ciudad Vieja de Tallin. En mayo de 2012, el Museo Marítimo se amplió con la inauguración de un espacio adicional para exposiciones en el Puerto de Hidroaviones. Esta ampliación incluyó el reacondicionamiento de los Hangares para Hidroaviones, que actualmente albergan objetos, tales como el submarino Lembit, construido en 1937 por el astillero británico Vickers-Armstrongs, un hidroavión Short 184, el buque Maasilinn (el barco hundido más antiguo encontrado en aguas estonias), y varios otros objetos auténticos, por ejemplo, veleros, botes y minas navales.
Los hangares en sí, que datan de 1916-1917, pueden considerarse parte de la historia marítima de la ciudad. Se encargó a KOKO architects reacondicionar el interior del hangar para hidroaviones pues los domos de cemento quebrados debían aislarse para proteger a los visitantes y las piezas del museo. En colaboración con el profesor Karl Õiger de la Universidad Técnica de Tallin, idearon un nuevo método para calefaccionar el gigantesco hangar de principios del siglo 20. Utilizaron agua de mar para climatizar los domos. Al hacer circular el agua de mar a través de la bomba de calor, fue posible mantener una temperatura agradable de +17 grados Celsius, incluso en las condiciones invernales más crudas.
Informaciones
Seawater Heating and Cooling as seen and explained in Norway