Llegó el momento de jubilarme. Después de 30 años en la AIVP.

30 años, que para mí han sido largos y cortos a la vez. ¡Este sentimiento delata claramente cuan interesante ha sido para mí trabajar en nuestra red internacional!

Durante todos estos años, me he sentido cautivado por la relación Puerto Ciudad, descubriendo incesantemente nuevos desafíos para compartir con ustedes a lo largo de mi actividad diaria de vigilancia: el carácter mixto de la cuidad puerto, la integración urbana del puerto activo, la anticipación de los fenómenos de inundaciones marinas, el diálogo con las poblaciones, la co-construcción de la ciudad puerto… En cada tema, aprendí de algunos de ustedes, profundicé con otros y, sobre todo, tuve el placer de compartir estos conocimientos y sus buenas prácticas con toda la red.

Porque para mí, la AIVP representa también relaciones alrededor del mundo a través de nuestras conferencias, nuestros encuentros, nuestros viajes de estudio, nuestros proyectos de cooperación, e incluso mediante las investigaciones que pude llevar a cabo a solicitud de determinada ciudad o puerto. Tantas ocasiones con intercambios siempre enriquecedores y relaciones a veces más directas y reiteradas con algunos de ustedes.

No los acompañaré en Tánger en mayo próximo para nuestra conferencia mundial. ¡Su programa, que elaboré por última vez con mis colegas del departamento de contenido, se vislumbra más que interesante! Pero no olvidaré a esta ciudad que la AIVP me permitió descubrir durante el viaje de estudio que organizamos en 2015. Si fuera ustedes, no dudaría en ir: ¡estoy seguro de que ustedes la sabrán apreciar también!

30 años son también el tiempo que pasé con los colegas de los inicios. Algunos partieron antes que yo, Corinne Monnet, Olivier. Otros siguen muy presentes: Corinne Lallemand, Béatrice, Bruno, Eric. Algunos otros me acompañaron unos años en mi aventura Puerto Ciudad por los 5 continentes: Greta, Hermeline. Está de más mencionar la calidad de nuestras relaciones de trabajo y el placer que tuve de trabajar con ellos. Un placer y una longevidad que deseo de todo corazón a los jóvenes que se han unido a nosotros en el último tiempo: José, Chloé por supuesto, pero también más recientemente Théo, Anas, Martial, Annabelle, Caya, Ophélia y mañana Paul, que ocupará mi lugar.

¡Por todo esto, gracias a ellos y gracias a ustedes! ¡¡¡Y larga vida a la AIVP!!! 🙂