©Direction de la Communication Seafrigo Group

Seafrigo es una empresa logística especializada en la cadena logística alimentaria global. Es especialista en el manejo de productos congelados, refrigerados y a temperatura ambiente con bodegas y contenedores refrigerados. Mediante su red mundial de oficinas y la variedad de servicios que ofrecen – flete marítimo, flete aéreo, almacenamiento, transportes interiores y trámites aduaneros –, son expertos en la cadena de suministro de alimentos. En esta entrevista, la AIVP analiza los conocimientos de Seafrigo en relación con el objetivo N° 7 de la Agenda 2030 de la AIVP, “Alimentación de calidad para todos”.

Entrevista con Stéphane Desseigne, director general Proyectos y Desarrollo de Seafrigo Group.

Empresa global de cadenas alimentarias

AIVP – Seafrigo trabaja con puertos de todo el mundo y interviene en muchos aspectos logísticos a lo largo de la ruta de transporte. Como empresa global, ¿cuál considera que es su papel en la mantención de la cadena de suministro de alimentos?

Técnicamente, nuestra especialidad consiste en el transporte de carga durante toda la cadena de suministro de alimentos. Por esa razón, somos muy especializados. Se necesitan especialistas para manipular productos sometidos a control de temperatura. Al tratar productos alimentarios, lo más importante es mantener la temperatura, llevar un registro de ésta y asegurarse de que, al trasladar los productos de un puerto a otro, se puedan garantizar los alimentos en forma segura. Además, esto garantiza al consumidor que los alimentos han sido manipulados con precaución. Por lo tanto, es extremadamente importante por dos razones: primero, es vital para la salud y la seguridad del consumidor; segundo, ayuda a evitar el desperdicio, porque los productos se descomponen si no se respeta la cadena de frío, lo que se traduce en pérdida de producto y dinero, situación que deseamos evitar. Sucede que muchos productos que se manipulan con cuidado desde el productor hasta el consumidor terminan en la basura. Seafrigo ha decidido formar parte de la cadena para ayudar a evitar este desperdicio de alimentos en la mayor medida posible.

Así, nuestro papel de especialistas en la cadena de suministro de alimentos garantiza que los alimentos embarcados lleguen de puerto a puerto sanos y salvos. Es lo que garantizamos a nuestros clientes y consumidores. Somos los intermediarios.

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Centralización de servicios y reducción de residuos

AIVP – Seafrigo ofrece servicios de procesamiento de alimentos, lo que incluye el comercio electrónico y el reenvasado. ¿Ayuda la centralización de este proceso en su empresa a combatir el desperdicio de alimentos?

Sí, por una razón muy importante. Existen dos formas de transportar productos desde un punto A hasta un punto B. Si decides que en el punto de partida vas a personalizar los productos con etiquetas de marcas, entonces limitas dónde pueden llegar los productos. Por ejemplo, una mercancía producida en Francia a la que se le coloca una etiqueta Walmart en el punto de partida solo puede llegar a Walmart. Sin embargo, si el cliente no adquiere la totalidad del producto o ya no lo quiere, el producto se pierde, porque será destruido. Esto se debe a los altos costos de reenvasado de los productos en el lugar de destino.

Por el contrario, es posible trasladar la materia prima. Si se traslada la materia prima, por ejemplo, pescados y mariscos, los que se almacenan en grandes bolsas en instalaciones frigoríficas en Estados Unidos, se aumenta la flexibilidad del receptor. Procesar los alimentos en el lugar de destino permite tomar decisiones de último minuto al recibir pedidos. Se envasa el producto en el lugar de destino con la certeza de que lo querrá un cliente. Esto eleva las posibilidades de vender las mercancías y reducir el desperdicio. Si no resulta algún negocio con Walmart, se puede vender a otro supermercado, sólo se envasa una vez y el producto logra llegar al consumidor.

Los servicios de procesamiento de alimentos que tenemos en los lugares de destino ayudan a evitar que se desperdicien más alimentos. El proceso de centralización brinda mayor flexibilidad en cuanto al lugar de llegada de las mercancías, además de variar más fácilmente la cantidad de productos. Al tener más de una solución para un producto, existen menos probabilidades de perderlo. Cuando solo se tiene una solución, se limitan las posibilidades de uso de los productos, con el riesgo de perderlos. El procesamiento en el lugar de destino también puede servir para preservar los productos. Es posible trasladar pescados y mariscos en grandes cantidades cuando están congelados, descongelarlos de manera segura en el lugar de destino y venderlos frescos en los mercados locales. Para descongelar un producto, es preciso respetar ciertos procesos, que aseguran que se realiza de manera segura y garantizan que no haya problemas sanitarios con el producto. Seafrigo posee la capacidad de hacerlo a través de la variedad de servicios que brinda.

La huella ecológica de los almacenes y contenedores frigoríficos

AIVP – Seafrigo manipula ingredientes congelados y refrigerados regularmente, por lo que necesita contenedores refrigerados (reefers) y bodegas con temperaturas controladas.¿Qué medidas adopta para reducir la huella ecológica de sus contenedores refrigerados y sus bodegas?

Si hablamos primero del tema de las bodegas, es preciso contar con bodegas modernas para reducir nuestra huella y el consumo de energía. Es evidente que, si se usa la tecnología más avanzada, en los próximos 5 a 10 años, será más respetuosa con el medio ambiente que una instalación de 30 a 40 años de antigüedad. Por lo tanto, existe la necesidad de crear nuevas instalaciones y modernizar las instalaciones en todo el mundo. Esto tiene dos objetivos: seguir las tendencias correctas establecidas por los ODD de la ONU y preservar mejor los productos almacenados.

En el último tiempo, la tecnología ha mejorado considerablemente, por lo que existen muchas opciones a nuestra disposición. La primera es la elección del gas que se utiliza para refrigerar las bodegas. Años atrás, muchas empresas empleaban productos químicos que tenían repercusiones negativas para el medio ambiente, como el Freón. Existen algunos gases neutros en CO2, por ejemplo, el amoníaco. Existen además nuevas tecnologías que se pueden implementar para la gestión del sistema de refrigeración, lo que permite al sistema detenerse y arrancar, para no estar operando continuamente. Esto puede ayudar también a controlar las temperaturas y reducir el consumo eléctrico. 

Lo mismo sucede con la electricidad que se necesita para mantener una bodega. No se puede negar que las bodegas aún requieren electricidad para operar, por lo que no podemos llegar a consumo cero. Sin embargo, Seafrigo promueve el uso de paneles solares, que ayudan a disminuir el consumo total. Las dificultades que presentan los paneles solares dependen del país en que uno se encuentra. Algunos países, como los Estados Unidos, no tienen problemas en instalarlos en sus bodegas, pero es más complejo en otros países, como Francia. Existen mayores complejidades entre sus leyes medio ambientales y los riesgos asociados a los paneles solares (por ejemplo, incendios). A medida que esta tecnología mejore y aumente su importancia, las leyes se irán adaptando para permitir la instalación de paneles en bodegas refrigeradas. Ocurre algo similar con los contenedores refrigerados: los más nuevos son mejores para el medio ambiente. Sin embargo, también existen diferencias porque es necesario conectar los contenedores refrigerados a un módulo eléctrico para que puedan funcionar. Es preciso mejorar la tecnología y trabajar en los contenedores refrigerados y su consumo, pero podemos prever que en un par de años exista tecnología similar a la de las bodegas disponible para los contenedores refrigerados. Seafrigo no controla los contenedores refrigerados, ya que estos pertenecen a las empresas navieras, las que pretenden reducir su huella de CO2. Por ahora, su prioridad es el combustible utilizado en los barcos antes de mejorar los contenedores refrigerados, pero sí están muy interesadas en lograrlo dentro de pocos años.

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Los productos orgánicos

AIVP – Un subtema importante del objetivo AIVP “Alimentación de calidad para todos” corresponde a la promoción del comercio justo y la producción orgánica local. ¿La fragilidad de los productos orgánicos o de comercio justo exige que se tomen precauciones específicas?

Sí, los productos orgánicos deben manipularse correctamente. De una manera, es preciso ser cuidadoso con todos los productos, pero además es necesario evitar la contaminación cruzada entre ellos. Dentro de los embarques, hay que preocuparse por la contaminación cruzada. No se pueden mezclar los productos orgánicos con los productos no orgánicos porque perderían su calificación de orgánicos. Se debe contar con áreas específicas y bodegas especializadas que hayan sido certificadas como orgánicas. Sin embargo, una vez que ha llegado a esta base, se manipula del mismo modo todo el tiempo y al final podemos garantizar la calidad del producto. Si se trata de un producto crudo o expuesto, se requiere más cuidado durante la manipulación.

El mismo caso se aplica a los productos de comercio justo porque pueden tener los mismos problemas de los productos orgánicos. Puede resultar más difícil identificarlos y hacerles seguimiento, ya que no se les identifica necesariamente como productos de comercio justo desde el comienzo. La etiqueta se pone más interesante en el aspecto logístico, del modo en que se producen y se venden, y así la cadena de transporte está menos implicada.

Una vez más, la identificación y la gestión de los productos también tienen diferencias nacionales y regionales. En general, hay más interés por los productos orgánicos, cómo almacenarlos, cómo identificarlos, etc. Algunos productos etiquetados como orgánicos en Estados Unidos no aprobarían nunca las exigencias orgánicas de Francia, debido a las diferencias en las definiciones y normas. Cada país, debido a su propia cultura, tiene diversas maneras de manejar la alimentación. Francia, por ejemplo, posee una cultura que valora la alimentación natural. Esto significa que se utiliza leche entera para algunos quesos, pero que la población sabe qué productos pueden ser consumidos por quién (por ejemplo, las embarazadas saben qué alimentos deben evitar). Sin embargo, en Estados Unidos, los reglamentos están más orientados a proteger a los consumidores. Esto significa utilizar leche pasteurizada por razones de seguridad y suponer que el consumidor no tiene conocimientos. Podemos concluir que todo el mundo, desde los países hasta las empresas logísticas como nosotros, desea reducir los riesgos en el consumo de los productos.