Este tema centró la intervención de Bruno Delsalle, Director General de la AIVP, en la apertura de la Jornada Nacional de Investigación Portuaria – organizada en el Senado de Francia en Paris, el pasado 9 de diciembre, por iniciativa de la profesora Sophie Cros, de la Universidad de Le Havre, y de la profesora Florence Lerique, de la Universidad de Burdeos. Los debates se centraron en la cuestión de la atractividad portuaria, la cooperación interportuaria y la coopetición.

Para la AIVP, se trata una vez más de defender el futuro de las ciudades portuarias subrayando que si éstas son a menudo señaladas por las externalidades medioambientales negativas de la actividad portuaria, también tienen en su seno las soluciones. Hay espacio disponible para la instalación de nuevos sectores industriales con bajas emisiones de carbono. Se facilita el desarrollo de los modos de transporte ferroviario y fluvial. Las zonas naturales que contienen y mantienen son sumideros de carbono y espacios de amortiguación que protegen las zonas urbanizadas. Por tanto, el potencial está ahí, pero hay que explotarlo. Sobre este punto, los oradores subrayaron unánimemente los esfuerzos que quedan por hacer para abrir los puertos a los ciudadanos, educar a los jóvenes en la escuela, explicar las trayectorias de mejora del medio ambiente que están en marcha, preparar a la población para la industria del mañana. Los Port Centers son más que nunca instalaciones indispensables para llevar a cabo estas misiones, y su actividad merece ser fomentada y apoyada por el Estado.

Hoy en día es aún más importante que las ciudades portuarias estén preparadas, teniendo en cuenta las diferentes crisis a escala internacional: crisis climática, crisis energética, crisis sanitaria, guerra en Europa. Su resistencia pasará sobre todo por la anticipación de los riesgos. Un territorio Ciudad-Puerto unido y cohesionado en torno a su población favorecerá esta agilidad. Se trata de un elemento determinante para que cada ciudad portuaria, sea cual sea su tamaño actual, pueda posicionarse de la mejor manera posible en la regionalización de los flujos que se perfila de aquí a 2030.