El terremoto de magnitud 7,8 que ha sacudido el sureste de Turquía ha provocado la trágica pérdida de miles de vidas. Las imágenes del puerto de Iskenderun en llamas han dado la vuelta al mundo. Ante esta situación, la ciudad portuaria de Mersin, situada a 200 km al oeste, desempeña un papel fundamental en esta tragedia: recibe el tráfico marítimo con destino a Iskenderun y sirve de centro de acogida de refugiados. En paralelo, se está organizando ayuda exterior con la contribución del sector marítimo. La federación de operadores marítimos TÜRKLIM envió maquinaria y equipos para ayudar a las víctimas o apagar los incendios. Maersk ofreció 1.000 contenedores que se transformaron en dormitorios improvisados. CMA CGM está enviando equipos humanitarios por avión de carga. Los miembros de la AIVP, como Dürres (Albania) o Trieste (Italia), sirven de centros logísticos para la ayuda internacional. El equipo de la AIVP está a disposición de las autoridades turcas para pensar en la reconstrucción de la ciudad portuaria de Iskenderun.