Con la crisis sanitaria, social y económica sin precedentes que enfrenta nuestro mundo globalizado, las ciudades portuarias resultaron muy afectadas debido a su conexión con el mundo. Por un lado, debieron manejar una diversidad de riesgos, y por el otro, necesitaron convertir esta crisis en una oportunidad.

Vulnerables ante trastornos tales como la COVID-19, las ciudades portuarias lograron atraer la innovación colectiva de sus comunidades locales específicas con el fin de lograr mayor cooperación y una suerte de resiliencia. Estos gateways globalizados tienden además a transformarse en fuerzas motrices regionalizadas. Al coordinar una coalición de actores portuarios económicos y sociales, las ciudades portuarias pueden contribuir a una recuperación sostenible de la economía, y en general, a la mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos.

Algunas cifras en torno a la COVID-19

En todo el mundo se acelera la propagación de la pandemia de COVID-19. La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó sobre más de 11 millones de contagiados por COVID-19 confirmados. En algunas regiones del mundo donde parecía controlada, comenzamos a ver nuevos brotes, en tanto que en otras los casos siguen aumentando. Las consecuencias socioeconómicas y políticas globales se mantienen en la incertidumbre. En realidad, la COVID-19 constituyó la peor crisis sanitaria conocida en el mundo desde principios de siglo. La OMS incluso llegó a compararla con la pandemia de gripe española de 1918. Lamentablemente, si hay algo claro, es que los costos humanos de esta pandemia son, y serán, enormes.

Containers

Luego de esta crisis sanitaria, las condiciones de vida de millones de personas se verán gravemente afectadas por una recesión sin precedentes que podría ocasionar la pérdida de millares de empleos. El Banco Mundial prevé una contracción en torno al 5,2 % del PIB global para 2020, algo que ha llamado “la más profunda recesión global en décadas”.

El sector portuario se encuentra entre los más afectados, ya que, según el Foro Internacional del Transporte de la OCDE, el tráfico marítimo internacional disminuyó en Asia durante febrero en un 20 %, y en Europa, durante marzo, lo hizo en un 18 %. Para Norteamérica se prevén cifras similares.

La interrupción de cadenas de suministro, las medidas restrictivas y una abrupta caída de la demanda son factores que explican la baja en el tráfico marítimo. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) prevé incluso un descenso del 27 % para el segundo trimestre de 2020.

La puesta en común de la AIVP de las buenas prácticas durante la pandemia

Las ciudades portuarias desempeñan un papel central en la globalización y están bien integradas en los flujos e intercambios internacionales. Así, deberán movilizar sus recursos para mejorar su resiliencia. Afortunadamente, durante el confinamiento, ya pudimos apreciar esta capacidad y voluntad de cooperación con la comunidad y su apoyo a las comunidades, administración y actividad empresarial local.

Logo Agenda 2030 AIVPLa AIVP, en tanto organización internacional sobre puertos y ciudades, ha estado en la primera línea de observación de todos los esfuerzos realizados. Mientras la crisis arreciaba, intentamos seguir haciendo lo que mejor hacemos: poner en común nuestras experiencias, profundizar los conocimientos, dar visibilidad a quienes se comprometen con un desarrollo más sostenible. Desde marzo de 2020, la AIVP ha seguido de manera estrecha las iniciativas puestas en marcha por sus miembros en la lucha contra la pandemia. Tuvimos la oportunidad de entrevistar a una serie de puertos y municipios miembros de la AIVP en los 5 continentes. En especial, quisimos poner el foco en las ciudades portuarias medianas que hay en África, el sur de Europa o en Oceanía, que han captado menos la atención de los medios, si bien, de hecho, la cooperación entre el puerto y la ciudad ha sido más sólida.

Ahora que son muchas las ciudades portuarias que están elaborando planes de recuperación y replanteándose sus modelos, la AIVP aprovecha la oportunidad para reflexionar sobre lo aprendido durante los últimos meses y llegar a una síntesis de las muchas entrevistas y artículos publicados durante la crisis. Esta es nuestra contribución en la (re)invención de las ciudades portuarias del mañana.

Lo que han hecho los puertos durante la pandemia para ayudar a sus ciudades

A medida que la pandemia se propaga por el mundo, la lucha contra el virus es un esfuerzo tanto global como colectivo. En esta contienda, los actores de la ciudad portuaria han logrado contribuir en la lucha contra la COVID-19 en el ámbito de las faenas portuarias, y, además, han logrado ayudar a los servicios de salud.

Mantener las faenas a pesar del virus

Los gobiernos e instituciones internacionales concuerdan en que las actividades logísticas no pueden detenerse ni siquiera durante la pandemia. Por ende, las autoridades portuarias debieron garantizar que los miles de personas que trabajan en el puerto contaran con las condiciones de seguridad requeridas. Equiparon a su personal con los necesarios equipos de protección, y en algunos casos lo proporcionaron también a los trabajadores de otras empresas que operan dentro de la jurisdicción del puerto. Asimismo, las autoridades portuarias llevaron a cabo campañas de concientización para promover los buenos comportamientos en materia de salud.

Contrôle au Port de San Antonio

Otros desafíos precisaron de soluciones más creativas. El teletrabajo se implementó con rapidez entre quienes podían trabajar desde su hogar. Pero los trabajadores que debían desenvolverse en el lugar de trabajo necesitaron de innovadoras medidas de protección. Por ejemplo, en algunos puertos, como en Gante (Bélgica) y Zelanda (Países Bajos) (reunidos bajo la North Sea Port authority) trabajaron en el desarrollo de ciclovías y la puesta a disposición de bicicletas, cooperando de la mejor manera con las autoridades municipales. La movilidad blanda es una medida tanto ecológica como de protección de la salud.

La asistencia médica del puerto a las ciudades durante la COVID-19

En las ciudades, fueron necesarias las operaciones de desinfección y la implementación de medidas preventivas. Estas actividades requieren de una gran cantidad de mano de obra y materiales en un momento en que las autoridades municipales podrían estar ya desbordadas. En respuesta a este desafío, las autoridades portuarias y las empresas asignaron sus propios recursos en apoyo de las comunidades locales.

Por ejemplo, en San Antonio (Chile), el puerto se comprometió con la desinfección de una serie de instalaciones urbanas tales como escuelas, hospitales, mercados, iglesias e incluso cárceles. Podríamos decir que el puerto aplica el lema que se repite durante la pandemia: “Que nadie quede atrás”.

Aprovechando su gran espectro de espacios, los puertos también pusieron algunas de sus instalaciones a disposición de los cuidadores, pacientes o agentes municipales, a fin de no colapsar la capacidad de los hospitales. En algunos casos excepcionales se llegó incluso a transformar cruceros y transbordadores en hospitales de emergencia, una impresionante y exitosa cooperación entre la ciudad y el puerto (como ocurrió en Génova, Italia).

La participación de los agentes portuarios también ha tenido particular relevancia en los países en vías de desarrollo. En regiones donde los consejos municipales no podían darse el lujo de equipos costosos, los puertos solidarizaron con sus propios recursos financieros. Por ejemplo, los puertos de Punta Negra (Congo) o Duala (Camerún) no vacilaron en enviar ayuda financiera a sus respectivas ciudades, llegando también a donar equipos médicos.

La importancia de la coordinación entre las ciudades y los puertos

Los actores de la ciudad y del puerto no han actuado por su cuenta, ya que las estructuras de coordinación se reunieron en torno a la misma mesa que las autoridades públicas, empresas, ONG y autoridades portuarias locales. Estos actores fueron capaces de poner en común los medios y las cadenas de toma de decisiones: la gestión de la abrupta caída de las actividades turísticas, la reorganización de la cadena de suministro de bienes estratégicos, o la promoción de la movilidad blanda, se han debido a la integral cooperación entre la ciudad y el puerto.

Los equipos de trabajo de gestión de crisis, como en Trieste (Italia), o los actuales consejos ciudad – puerto, como en Valencia (España), fortalecieron su legitimidad durante la crisis de COVID-19. Esta urgente búsqueda de consenso demostró que todos los actores son relevantes en el ecosistema de la ciudad portuaria, ya que se aprovechan sus recursos específicos para ayudar a la región.

Solidaridad para combatir las consecuencias de la crisis

Las consecuencias del virus no se relacionan con problemas de salud únicamente. Como la crisis sanitaria produjo además una crisis social, se puso en marcha una serie de iniciativas solidarias.

Ayuda financiera

Los puertos y las ciudades han cooperado dando inicio a diversos programas de apoyo para los negocios locales con sede en el ámbito del puerto. Estos negocios suelen ser usuarios, proveedores, o ambos a la vez. Esta es la razón de que los planes de acción múltiple hayan sido cruciales en muchas ciudades portuarias.

Por un lado, las autoridades portuarias acordaron el pago anticipado de facturas para las empresas pequeñas y medianas, y, por otro lado, aceptaron una rebaja o postergación de los aranceles a las empresas portuarias que usan los servicios del puerto. Por ejemplo, en Valparaíso (Chile), el puerto llegó a crear préstamos de flujo de efectivo para las empresas locales, una medida de apoyo financiero directo para aquellas pequeñas empresas más afectadas por la crisis. La misma medida se implementó en Papeete (Polinesia francesa), donde el puerto adoptó una postura para ayudar a cada una de las pymes que resultaran especialmente afectadas por el colapso de los cruceros.

Apoyar a los necesitadosVolontaires Port de Québec aidant la communauté

Las acciones solidarias abarcaron también a los trabajadores portuarios. Por ejemplo, en Livorno (Italia), se ampliaron hacia otros trabajadores los fondos de solidaridad, además de cubrir a los empleados de la autoridad portuaria. La meta fue apoyar durante este período a todo tipo de trabajadores con el fin de evitar los terribles problemas sociales generados por el desempleo.

Otro objeto de preocupación ha sido la falta de acceso a alimentos o vivienda de la mayoría de las familias desfavorecidas y adultos mayores y aislados. Los puertos asignaron fondos específicos para la implementación de sistemas de ayuda alimentaria y para garantizar que los desfavorecidos tengan lo suficiente.

En Dakar (Senegal), el puerto entregó apoyo directo en especies al programa “Zero homeless child” (Cero niños sin hogar), mientras en otras situaciones, se abocó a identificar y comprobar a los más vulnerables, como en Bilbao (España), donde se puso en marcha esta iniciativa. Esto demuestra el fuerte sentido de deber moral de la comunidad portuaria, más allá de sus obligaciones legales.

Apoyo moral a la comunidad local

Los puertos llevaron a cabo una serie de acciones simbólicas para mostrar su apoyo al personal sanitario y a todos los participantes en la lucha contra la pandemia. La iluminación de monumentos o de edificios, hacer sonar las sirenas o las alarmas, la puesta en común imágenes o videos: todas estas son acciones que, aunque tienen apenas un efecto simbólico, se vuelven importantes en tiempos de pandemia.

En realidad, los puertos han participado en la unión de sus comunidades locales organizando iniciativas simbólicas en línea, tales como la iniciativa #AlPieDelCañon que se realizó en Valencia, en la que se pusieron de relieve todas las profesiones que participaron en la primera línea. También se llevaron a cabo acciones concretas de la ciudad. En Quebec (Canadá), por ejemplo, se iluminaron enormes graneros con la imagen de un arcoíris en señal de esperanza.

 

Al Pie del Cañon

El compromiso de la Cámara Naviera Internacional (ICS, por sus siglas en inglés) también es digno de mencionar, ya que lanzó una iniciativa global de hacer sonar las sirenas como homenaje a los trabajadores marítimos durante el Día del trabajo. Desde Saint-John (Canadá) hasta Sídney (Australia), los buques hicieron oír su solidaridad con todos los trabajadores. Tal abundancia de acciones simbólicas de apoyo demuestra que las ciudades y los puertos conforman una comunidad única y singular.

Mantener el vínculo con los ciudadanos, digitalizar la cultura Puerto-Ciudad

La cultura Puerto-Ciudad se basa fundamentalmente en estructuras físicas tales como los Port Centers, o en los eventos sociales (exposiciones, conferencias, festivales, etc.). En un periodo tan difícil como el de la crisis de COVID-19, no ha sido posible realizar estas actividades. Esta es la razón de que las ciudades portuarias realizaran una rápida revolución digital e implementaran una serie de herramientas en línea con el fin de mantener el contacto.

¿Qué herramientas usar para mantener el contacto?Le Havre Port Center

Durante el confinamiento, las instituciones públicas y privadas de la ciudad portuaria han utilizado en forma masiva las herramientas en línea para mantener el contacto, y han puesto en marcha una serie de intensas campañas en los medios sociales destinadas a informar a la ciudadanía. Las fundaciones corporativas, los museos o los centros portuarios han cargado y puesto en línea la mayor parte de sus contenidos, adaptando su actividad para hacerla más accesible y entretenida. Por ejemplo, algunos puertos colaboraron con los museos en la propuesta de exposiciones en línea, como en Tarragona (España). En Marsella (Francia), se estableció una cooperación con los archivos municipales destinada a crear contenidos en línea, y en Le Havre (Francia), los ciudadanos pudieron formular preguntas a los dirigentes del puerto de manera directa gracias a un seminario web.

Esto no debería hacernos olvidar a los medios “antiguos” como la televisión. En Bélgica, en el puerto de Gante (North Sea Port authority) se difundió una serie completa de documentales acerca de las actividades y los trabajadores portuarios: “Onze Haven” (Nuestro puerto), emitida por el canal AVS (Flandes oriental).

También ha resultado esencial la cooperación con los medios locales, como en San Antonio, donde el puerto se asoció con el periódico local (El Líder de San Antonio) para organizar un concurso de dibujo infantil.

Adaptación de la agenda cultural, el cambio hacia los eventos en línea

Las ciudades portuarias suelen llevar a cabo festivales que reúnen a grandes cantidades de personas en el territorio del puerto, como en Livorno, y esta agenda cultural debió adaptarse debido a la pandemia: estos eventos se reprogramaron cuando fue posible, pero en otros casos fue necesario organizar eventos en línea.

En Bahía Blanca (Argentina), se creó en un breve periodo una completa agenda cultural en línea: “Puerto cultural”, donde se presentaron en línea obras de teatro, conciertos y funciones de ballet. Este programa se destinó al apoyo de los artistas locales y a mantener los eventos culturales de la ciudad y del puerto.

La interactividad es un punto clave: se realizaron talleres sobre temas relativos a la convivencia entre la ciudad y el puerto, seminarios web sobre proyectos futuros y concursos en línea destinados a incentivar la innovación. Por ejemplo, en Mariupol (Ucrania), no fue posible llevar a cabo en la ciudad el concurso de ideas arquitectónicas para el futuro centro multifuncional (“Port of Cultures” [Puerto de las culturas]), por lo que se tomó la decisión de reunir las contribuciones y realizar la votación en línea. La intensificación de las iniciativas en línea llamó la atención de los ciudadanos del puerto, invitándolos a pasar parte del tiempo libre de su confinamiento disfrutando los contenidos sobre la ciudad portuaria.

port of cultures mariupol

 

La recuperación sostenible de las ciudades portuarias: algunas perspectivas para el futuro

Proyectos medioambientales para estimular la economíaéoliennes en mer

Los informes internacionales sugieren que son factores medioambientales los que podrían estar en el origen de la COVID-19: tanto el programa del medioambiente de la ONU como el Fondo Mundial para la Naturaleza señalan que el debilitamiento de la biodiversidad aumenta la exposición a patógenos causantes de enfermedades. Una serie de publicaciones tales como la de K. Andersen en la revista Nature tienden a confirmar el origen medioambiental de la COVID-19. Por otro lado, la contaminación del aire puede haber sido un factor de agravamiento de los síntomas, como lo demuestra un estudio publicado por la Universidad de Harvard en abril de 2020.

Puesto que las ciudades portuarias sufren una considerable contaminación debida a las actividades industriales y marítimas, la recuperación económica debe armonizar con proyectos ecológicos sostenibles. Los proyectos de infraestructuras con cero emisiones de carbono, de nueva movilidad urbana y de economía circular entre la ciudad y las instalaciones industriales pueden ayudar a modernizar las ciudades portuarias y a generar empleos. A nivel nacional, los organismos de algunos países llevan a cabo inversiones ecológicas como la de Puertos del Estado en España, y algunas instituciones internacionales comienzan a invertir miles de millones, como la inversión de 750 mil millones de euros de la Unión Europea en la iniciativa Pacto verde.

Las ciudades portuarias ya estaban implementando medidas para reducir las emisiones de carbono, y están deseosas de agilizarlas. Por ejemplo, el proyecto de suministro eléctrico sostenible desde tierra en Helsinki (Finlandia) que reducirá entre 50 y 80 % las emisiones de carbono de los cruceros.

Cruise terminal HelsinkiAlgunos planes de recuperación ya incluyen la protección y el desarrollo de espacios naturales, como en Mariupol, donde hay un plan de desarrollo estratégico para 2020 – 2025. Lo mismo ocurre en Swansea (Reino Unido), en donde el plan de recuperación económica de 1,8 mil millones de libras incluye una completa dimensión con cero emisiones de carbono, con especial atención a las energías marinas renovables.

En términos de energías renovables, las ciudades portuarias cuentan con recursos específicos ya que su potencial de energía eólica y mareomotriz es enorme. En el norte de Europa, en Gante, Amberes o Róterdam, ya se han presentado ambiciosos planes sobre energías renovables, y se aumentará el enfoque en estas. Nuevas propuestas tales como la “teoría del donut ” de Ámsterdam, son una inspiración positiva para el desarrollo sostenible: en esta teoría se establece que todo recurso y actividad está vinculado y que se puede lograr un equilibrio en el desarrollo económico al integrar una dimensión circular en cada proyecto (llegando a la forma de un “donut”, es decir, un círculo).

Perspectivas para las futuras ciudades portuarias: mayor resiliencia y cooperación

En los ecosistemas naturales, se entiende por “resiliencia” la capacidad de absorber impactos exógenos, la capacidad de proteger sus elementos esenciales ante Forêt bord de merdichos impactos, y la capacidad de aprovechar sus propios recursos en la recuperación. La comparación con el ecosistema de las ciudades portuarias puede iluminar nuestra mente: su entorno está abierto de par en par a los flujos internacionales, y dependen de sus fluctuaciones. Las ciudades portuarias fueron duramente afectadas por la pandemia, una cuyo origen era externo, y debieron hallar su propia manera de reaccionar.

Para resistir, las ciudades portuarias centraron sus esfuerzos en su entorno regional, y tomaron conciencia de su fuerza motriz local. Mantener en funcionamiento sus cadenas de suministro o seguir adelante con sus agendas culturales fue un reto que las ciudades portuarias solo pudieron tomar con la excepcional movilización de toda la comunidad.
La AIVP tuvo la oportunidad de apreciar este compromiso entre sus miembros. Sin importar su tamaño ni su ubicación, intentamos poner de relieve estos esfuerzos, desde el más espectacular hasta el más cotidiano.

Aparecieron originales formas de cooperación en la forma de equipos de trabajo de gestión de crisis, fondos solidarios, talleres en línea, entre tantos más. También surgieron nuevos objetivos: una distinción entre lo que es secundario y lo que realmente importa, como el abastecimiento de los ciudadanos y en especial, de los más vulnerables. También se llegó a una mayor comprensión de la función que pueden desempeñar las ciudades portuarias con respecto a la salud y la calidad de vida.

Port résilient

Cada crisis tiene dos caras, una que expone los riesgos y otra que expone las oportunidades. Podemos asumir el desafío que experimentan las ciudades portuarias y replantearnos su función histórica: desde los gateways globalizados a las fuerzas impulsoras regionalizadas.

La AIVP propone un método y un objetivo para las ciudades portuarias.

El método: la cooperación mediante la movilización de la comunidad local y la creación colectiva de innovación.

El objetivo: lograr resiliencia por medio de la creación de nuevas cadenas regionales de valor y la mejora de la calidad de vida.